Las estafas no se extinguen. Menos aún, aumenta sustancialmente el número de casos. Con las crisis tan extremas como las que estamos viviendo actualmente, los estafadores cada vez lo tienen más sencillo para hacer de las suyas y aprovecharse de la vulnerabilidad y la necesidad humana. Hoy día, con los diferentes medios telemáticos y la facilidad de acceso a fuentes de datos personales, hay algunos que aprovechan su pericia informática para proceder al engaño y a la estafa. Una práctica, inventada hace más de diez años, pero que cada vez se encuentra más en auge, es el caso del timo de la herencia del primo lejano, un tipo de estafa de las falsas herencias. También forman parte de esto las llamadas cartas nigerianas. Básicamente, consiste en ilusionar a la víctima con una herencia millonaria que no existe, y convencerla de que pague por adelantado los trámites.
Cómo se hace una estafa de las falsas herencias
Normalmente, se ponen contacto con personas que se encuentran en situación de necesidad, o bien incapaces de desplazarse a grandes distancias.
Una vez localizada la persona idónea para el engaño, se ponen en contacto con ella, vía correo electrónico o telefónica, requiriéndole su atención con urgencia al tratarse del beneficiario de una cantidad millonaria por el fallecimiento de un familiar lejano.
Los apellidos coinciden y el remitente del mensaje es un banco extranjero que le solicita datos personales de cara a empezar los trámites. Es decir, suplantan la identidad de trabajadores de bancos extranjeros para imposibilitar al engañado acudir a una sucursal a solicitar información.
Los estafadores emplean cualquier excusa de cara a conseguir tanto los datos personales como diferentes contraseñas, lo que les hace muy sencilla la labor de suplantación de identidad del afectado.
A continuación, para seguir con la estafa de las falsas herencias, suelen pactar la contratación de un abogado del país que ponga en marcha su caso, y comienzan solicitándoles dinero. Más tarde, comienza la oleada de petición de fondos de cara a continuar con los trámites propios de una testamentaria y hacer frente a los gastos de gestión.
A lo largo de dicho procedimiento, la víctima va recibiendo documentos falseados haciéndose pasar por originales. Incluso muchos de ellos disponen de una página web aparentando ser la website del banco en cuestión o incluso un buscador de fallecidos falso para mejorar la estafa.
El cliente, seducido por la documentación y los varios ceros del supuesto dinero, sigue desembolsando capital, con intención de recibir en un futuro próximo la supuesta herencia sin mayor incidencia. Una vez los estafadores han conseguido obtener una importante cantidad de dinero, desaparecen sin dejar rastro, y no se vuelve a saber nada de la supuesta herencia millonaria.
Qué hacer si se es víctima de las estafas nigerianas o del primo lejano
En caso de recibir cualquier mensaje del fallecimiento de un familiar que se desconoce, lo último que se debe hacer es aportar datos personales al remitente. Lo mejor es ni siquiera responder. Por ello, te dejamos por aquí alguno de los consejos emitidos por la propia Oficina de Seguridad del Internauta:
- No aportar nunca información personal ni económica. Ni correos electrónicos, números de teléfono, direcciones o datos bancarios.
- No realizar pagos en forma de adelanto por las supuestas gestiones a realizar.
- Buscar datos de interés sobre el escrito recibido en las diferentes páginas de búsqueda. Buscando desde la identidad de la persona que escribe, hasta el banco en el que supuestamente trabaja.
- Denunciar inmediatamente a los cuerpos de seguridad informática para que puedan proceder a su búsqueda y detención.
Por ende, lo mejor es acudir a los medios de control de la ciberseguridad y tener cuidado con los datos personales que colocamos en internet. Hoy día, los estafadores hacen frente a pocas vicisitudes para acceder a la información personal de la ciudadanía, debido a su fácil accesibilidad.
Por ello, aconsejamos emplear la tecnología de una forma responsable, y no ponérselo tan fácil a los ciberdelincuentes. Usar las nuevas tecnologías a nuestro favor y no como armas. ¿O acaso no creen que la tecnología es un arma de doble filo?
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